Esta vertebra encontré en el museo de Quellón, pero de tranca en un portón, que irrisorio parece, para nosotros un gran evento, pero para los chilotes esto es algo normal, ellos conviven con ellas, para nosotros una maravilla, un sueño hecho realidad.
Ojalá que los malos momentos que han pasado no les quite los más hermoso que tienen los sureños, la calidez para recibir a los visitantes, tratar de hacerlo sentirse como en su casa, son muy cariñosos , saludos a todos ellos y gracias por todo el cariño que me entregaron.
